C. S. Lewis, Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero
El nombre de Aslan despertó algo en el interior de cada uno de los niños. Edmundo tuvo una sensación de misterioso horror. Pedro se sintió de pronto valiente y aventurero. Susana creyó que alrededor de ella flotaba un aroma delicioso, a la vez que escuchaba algunos acordes musicales bellísimos. Lucía experimentó un sentimiento como el que se tiene al despertar una mañana y darse cuenta de que ese día empiezan las vacaciones o el verano.
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